domingo, 31 de mayo de 2015

Folie a trois ...



Húmedos mis ojos cuando en ti pienso, en si te lo demuestro, lo que vales, te pierdo.
Es así, cuando mas te quiero, mas te alejo.
Lo sentí, ahora me acuerdo.
Si me equivocaba.
Luz fugaz, boreal, la aurora, aunque la tuviese en la memoria.
No puedo encontrar luz más intensa que la que me creas por dentro que en ti veo.
Si suelo, perder momentos valiosos por tener la mente en el cielo.
Me das recuerdos.
Vuelvo al suelo.
Sufro al sentir fallar en tu peor momento.
Estar solo, no verlo, ni saberlo.
Tantas risas, tantos lloros y a pesar de todo vuelvo, hoy pierdo.
Suspiros sordos se empañan luego cuando voy, cuando llego.
Espero.
Sólo tengo un momento o eso creo, un destino o eso siento.
Respiro tu aliento dentro.
Dura lo mismo que un cuento una vez leído y no sacarle más provecho.
Mis páginas son eternos sentimientos que se reescriben.
Vuelvo al comienzo.
Entenderás tus deseos no cumplidos; No podes borrarlos, ya existieron.
Apartame de tu camino.
Ríe cuando tropiezo.
Te entretienes tanto y no te das cuenta.
No estoy, no desaparezco.
Me seguirás viendo.
Ya elejiste el color, veremos el resto.
Solo es un momento o un destino.
El mar se convirtió en barro.
Me avisó.
Acertó de nuevo.
No tiene sentido no quiero verlo, pero es fácil y sencillo.
Crezco y muero.

Me dijo una gitana que un día palmas y que lo que no hayas dicho te lo llevarás contigo para el nicho.
Si crees que merece la pena, digas lo que sientes, que aveces cuesta, pero al menos que lo intentes.
Si llega la dama, no hay mas oportunidades.
Se quedan en tinteros sentimientos y verdades.
Ese millón de cosas en las que piensas a solas, murmullo interminable como el ruido de las olas.
¿Sabes lo que te quiero decir?
Cuando haces el balance de lo que vives y de lo que te gustaría vivir.
Esos gestos que se grabaron a fuego.
Esos ojos que del brillo te dejaron ciego.
Y las veces en las que lo áspero se vuelve tierno y se lo cuentas al cuaderno, grabo en el infierno.
Aquel abrazo que sólo duró segundos y dejó en ridículo a todas las palabras del mundo.
Llorar de rabia, verse impotente,llorar sin saber muy bien por qué o sabiéndolo perfectamente.
Cristalino, claro, transparente como lente,sí, se me partió una muela de tanto apretar los dientes.
Momentos para el recuerdo y para el olvido.
La mente haciendo equilibrios y el corazón dividido.
Las veces en las que el cuerpo es demasiado pequeño y sientes algo tan fuerte que se te quita el sueño.
Merci beaucoup a los que me dais amor y respeto, seguir volando con vosotros es mi principal reto.
Joyas en el vertedero, entre basuras.
Apoyos sinceros para apalear la amargura.
No tengáis miedo a mostraros si sois crema, si alguien no sabe aceptaros es su problema.
Viviré mientras que el alma me suene.
Mientras que de algo a alguien que me llegue, que me llene.

martes, 26 de mayo de 2015

Batidos de avena con plátano y chocolate

Pensaba escribir una metáfora sobre lo significativo que me resulta rescatar con la cucharita pequeña los trocitos que quedan en el fondo del vaso cuando me tomo un batido de leche de avena con plátano y chocolate, hecho con el pensamiento de "voy a darme un caprichito". 

Pero me he dado cuenta de que no me apetece escribir sobre ello, porque hay una frase que interrumpe todo tipo de creación melódica que pudiese salir de esa metáfora tan bonita, una frase que leí hace 6 años y que, como todas esas frases significativas, se me ha quedado grabada a fuego: "de la euforia al tormento en 24 horas".

domingo, 17 de mayo de 2015

Pañuelos de papel

Siempre "hace mucho que no lloro" porque nunca lloro igual. Nunca lloro por el mismo motivo, aunque la base de los diversos motivos que me hacen llorar siempre sea siempre la misma.

A veces es difícil sentirse a gusto y encontrar un hombro que mojar mientras sollozas. Es difícil sentir comodidad mientras vomitas emociones que te desgarran tan profundamente, es difícil mostrar vulnerabilidad sin tener que subir la guardia. De hecho, es tan difícil que cuando ocurre te sientes hasta fuera de lugar, pero relaja.

No sé que haría en los momentos de desempoderamiento sin palabras que te empoderan, sin caricias que te consuelan, sin hombros sobre los que sollozar y sin compartir pañuelos de papel.

Ojalá mas espacios donde poder bajar la guardia y mostrar esa vulnerabilidad con el fin de convertirla en fuerza y lucha colectiva.

Que vivan los momentos de mierda compartidos con personas que valen la alegría.