jueves, 10 de noviembre de 2016

Celos

Que tendrán los celos que cada vez que oímos su nombre, nos echamos a temblar? y es que oye, tiembla todo el mundo, independientemente del género. Perdón por el binarismo chungo que se va a apreciar a lo largo de este texto, pues la posición desde la que escribo es puramente cis, pero no quería dejar de abordarlo. Dicho lo cual, cuando hablo en masculino me refiero a tios cis het y cuando hablo en femenino a tias cis het también.

Pues bien, volviendo al tembleque que nos provoca la palabra "celos", mola tener en cuenta que ellOs tiemblan por el miedo que les produce sentirse atados. Atados ellos, que les han enseñado toda la vida a ser completa y absolutamente libres, por favor. De ahí que cuando te comentan las características que debe tener "una piva" pa que les guste te dicen que no sea celosa.
De la misma forma, mola también tener en cuenta que el tembleque que nos produce a nosotrAs es jodido miedo a las inseguridades. Inseguridades que provocan un desajuste emocional en nuestro interior que aupa.

Antes de que empecemos con el "not all celos", es cierto que cada relación tendrá sus cosas, evidentemente la toxicidad existe en los celos exteriorizados en forma de imposiciones, prohibiciones o chantajes emocionales, pero me parece importante tener en cuenta que como todo en esta vida (oh si, querido amigo machirulo) este tema también tiene un componente de género. Me explico, ya lo he introducido poco sutilmente antes y ahora quiero indagar más en el asunto (feminazi perdia me he levantado hoy).
Que interesante analizar el motivo por el que cuando ellos exteriorizan sus celos, lo que quiere decir es que nos quieren, nos valoran, nos protegen.... que interesante analizar el motivo por el que cuando nosotras exteriorizamos nuestros celos, en realidad somos unas locas, paranoicas, histéricas, desconfiadas...
Que interesante querer a una persona como si fuese una posesión a la que valorar y proteger, una posesión que si otrO toca, mira o habla, te pones malito como cuando te quitaban el juguete en el cole (malito de dar puñetazos a paredes, una enfermedad malisima, oigan).
Que interesante que nosotras nos quedemos en la mierda al sentir y al dejar que sientan sobre nosotras.

Nuestros celos son un reflejo de nuestras inseguridades, nuestros celos son el espejo del autoestima, la competitividad y la rivalidad con lAs otrAs.
Sus celos se combaten currando el tema de género y asumiendo que somos sujetos y no objetos. Nuestros celos (y los suyos) son una forma de asesinarnos, y no se curan. No se curan y no se curarán en un sistema putrefacto que alimenta nuestro auto-odio constantemente. Se trabajan con mucho dolor, solas o acompañadas y cada una elige como.

Yo no tengo ni idea de cual es la forma mágica para dejar de tener celos, ni quiero, ni creo que exista (así de radical lo digo). Puedo compartir como trabajo yo mis celos, como los gestiono y puedo asegurar que los tabajo, pero no asegurar que no los siento, porque claro que los siento. Y joder, negarme la existencia de ese sentimiento aprendido solo me impide luchar contra el dolor que me produce cuando me invade. Al final (y al principio) toda construcción social está creada para destruirnos y las herramientas que creamos para salvarnos juntas o por separando, nos hacen fuertes.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Libianito

Me cuesta empezar esto y no se si es porque se que no vas a leerlo o porque se que puedes terminar haciéndolo.
Voy a empezar por lo fácil, lo fácil es esto, lo que tenemos, lo que siento cuando estoy contigo, lo sano que me parece todo. Hablar contigo, tu mirada y tu escucha activa, tus besos, tus caricias y tus masajes en la espalda. Fácil es estar contigo. Y ese sentimiento de que todo va libianito hace que se me presente una dificultad horrible a la hora de enfrentarme a mis miedos. Miedos que no se focalizar en uno solo porque vienen de muchos sitios, miedos que hacen que no sea capaz de decirte que te quiero aun sintiéndolo. Miedo de que te de miedo que exteriorice este sentimiento así porque ni yo misma se lo que implica.
Anoche me acosté pensando la diferencia que puede haber entre una mirada y una verbalización de esa mirada como para tener la necesidad interna de estar escribiendote esto, y la verdad es que solo se me ocurrió pensar en ese "silencio mágico" cargado de presuposiciones. que pesadita con las presuposiciones, no? pues un poco.

Me da miedo que por no verbalizarnos lo que nos transmite una mirada nos quedemos en la idealización de la misma y de las emociones que nos han enseñado que deben acompañarla. Me da miedo que haya un limite de tiempo establecido que marque el "pronto" o "tarde" para hablar de lo que sentimos y queremos o necesitamos expresar. Me da miedo estar dentro de lo establecido cuando quiero salirme contigo de todo eso. Me da miedo lo fácil y bonito que está siendo esto desde el principio.

Quiero cambiarle el significado al "te quiero" contigo, porque lo hago, pero no quiero hacerlo como he querido y me han querido hasta ahora.

lunes, 3 de octubre de 2016

Pasos

Recuerdo caminar contigo como algo muy bonito, también recuerdo que de vez en cuando me ahogaba porque respiraba el polvo que levantabas al arrastrar los pies. Hablamos de ello y me dijiste que te resultaba más cómodo andar arrastrándolos que levantarlos a cada paso. No dije nada y entendí que tu forma de andar "era así". Seguí caminando a tu lado, aguantando todas y cada una de las toses que me provocaba ese polvo, y asumiendo que ralentizar el paso por caminar contigo era lo que tenía que hacer.

Hasta que un día la tos me provocó dolor en el pecho y eso me dobló. Me miraste desde arriba mientras me retorcía en el suelo y me dijiste entre risas "venga anda, no seas exagerada que no será para tanto". Te pedí que parases de levantar polvo para poder continuar caminando contigo y lo hiciste, pero a mitad de camino decidiste que hacerlo suponía mucho esfuerzo para ti y que preferías que yo soportase los dolores físicos que me provocaba.

Esta vez me planté, te dejé atrás pidiéndome desde la distancia que volviese y prometiendo a gritos que ibas a dejar de arrastrar los pies cuando caminase contigo. Decidí no ralentizar más mi viaje y seguí andando, descubriendo sola ese camino tan bonito que el polvo que levantabas al arrastrar tus pies por comodidad no me permitía ni ver ni disfrutar.


domingo, 11 de septiembre de 2016

Compartir o combatir.

Se llenan los discos duros de fotografías que guardan recuerdos. Unos para compartir y otros no tanto.

Nos quedamos con las ganas de contarnos historias, o de crearlas.
Llenamos los recuerdos de principios y sin pasar por intermedios, de finales. Que sobrevalorada está la idealización pa la mierda que resulta ser al final, no? Pa que quiero vivir en el futuro si puedo disfrutar de las sonrisas del presente? Nunca nos enseñaron eso. Ni lo harán, dalo por hecho.

Pienso mucho en el que decirte para terminar sin decirte nada. Compartir o combatir lo irracional. Y crear lo que no es música pero me salva. Crear para liberar lo que produce lo aprendido. Crear para desaprender.

Su olor en la entrada es la forma que tiene de hacernos saber que ha salido.

No nacimos redis pero estamos trabajando en ello.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Batidora

La mezcla perfecta entre cobardía y valentía. Tiemblo por dentro y me ahogo en ansiedad, pero sigo caminando. Todos los días me invaden la mente las desigualdades aparentes, y no dejo de obviar las que no lo son tanto. Divagaciones mentales entre lo que me gustaría hacer pero no me siento cómoda para llevar a cabo. Divagaciones mentales que terminan en un conformismo sonriente, porque el derrotismo casi me mata un par de veces.
Vicios que te salvan pero solo momentáneamente porque eres consciente de que la única salvación a ti misma, eres tu misma. Y otra vez, el enemigo en casa. Pero distante. Una puerta de cristal resistente retiene su destrucción casi innata, quien sabe por cuanto tiempo. 

La inmensidad de cuidados externos pero la falta de internos hace que se mezclen todos en una batidora que no para de dar vueltas y que lastima con fuerza a todos los implicados, haciendo uso de sus afiladas cuchillas. Amor y odio. Odio y amor. Indiferencia. Silencio por miedo a no afrontar situaciones que ya no existen. Plantarle cara a la realidad no es mas que seguir caminando pisando fuerte por el camino, pero nunca por el marcado, siempre por el que tu decidas pisar. Hacer tu propio camino conlleva rasparse las piernas con malas hierbas, pero también descubrir lo que el camino asfaltado no te muestra. 

Si se destruye se construye, y sin planos a veces resulta complicado. Nunca imposible. Mirar a tu alrededor y contar con quien cuentas no es mala idea. Déjate querer por quien quiere quererte y no te fíes de quien te hace odiarte.

lunes, 8 de agosto de 2016

Cuba

Me gustó enamorarme de ti porque podía pasear por todos tus escondrijos sin miedo.  Me gustó reír con tus risas y empaparme bajo la lluvia al ritmo de tus tormentas.
Me gustó enamorarme de ti, con tus pros y tus contras, pero sin cambiar por mi. Me enamoré de tu libertad a cada paso que daba, de tus fachadas descuidadas y tus socabones en el suelo pero tu acogedor interior. De tu escaparate transparente mostrando lo que tenías y lo que no. Me enamoré de tu ruido, pero también de tus silencios y me encantó bailar contigo en cualquier callejón. Me enamoré de tu forma de desordenar los colores.
Me enamoré de las caricias de tu sol sobre mi piel, que acababan por empaparme en sudor.

Me enamoré de ti, de tus rostros, de tu libertad, de tu valentía, de tu incansable lucha y de tu solidaridad.


domingo, 22 de mayo de 2016

Parpadeando

La presión invade mi pecho en forma de angustia y sube lentamente por mi garganta provocando un nudo difícil de deshacer. Ese nudo se me atraganta subiendo rápidamente por toda la cara hasta llegar en forma de charco a mis ojos, y ahí mueren ahogados en parpadeos toda mi tristeza, rabia, impotencia y frustración.

Recuerdo cuando para desahogarme pensaba en marcar el número de teléfono de alguna persona que estuviese a mi lado muy en las malas. Recuerdo cuando buscaba el abrazo que fuese casa, la escucha activa, los hombros dispuestos a dejarse empapar por mis lágrimas, lágrimas que nunca empapaban.

Hoy he vuelto a casa sin música, escuchando el desorden de mis ideas y la tormenta que se están librando mis emociones. Hoy he vuelto a casa ahogando sentimientos en parpadeos y sin querer compartirlo con nadie. Sintiendo la rabia dentro pensando en escribir para sacarla fuera. Sintiendo.

Suficiente.

Si llorar me curase y mis ojos me dejasen hacerlo pondría tiritas a mi cuerpo con agua salada llena de recuerdos y momentos no vividos. No quiero conformarme pero ojalá sentir mis brazos o los de alguien que me abracen con el cuidado que yo debería hacerlo. Ojalá.


sábado, 7 de mayo de 2016

Sobrevivir

Empezamos saltándonos la merienda del recreo, prescindiendo de lo que no era estrictamente necesario siguiendo por lo que nadie veía. Si cenábamos solas, no cenábamos. De saltarse comidas a vomitarlas cuando no te queda más remedio que hacerlas solo hubo un paso. Cenar cuando acostumbras a tu mente a no hacerlo es horrible, parece que engordas tresmil kgs por momento cuando haces algo que no sueles hacer.
¿Soluciones? Desgarrarse la garganta con la parte de atrás del cepillo de dientes después de beber mucha agua para poder vomitarlo todo.

Hace tiempo que el espejo y mi mente se han hecho enemigos y juegan a hacerse daño y a distorsionarse realidades. El espejo cada vez le pide más a mi mente y mi mente cada vez daña más mi cuerpo para poder darle todo lo que pide. Es un bucle en el que el fin es la muerte.

Hasta que alguien le da una patada al espejo y este empieza a resquebrajarse despacio. Ahora la realidad está distorsionada pero con motivo y es mucho más real que nunca. Me muestra rota. Me armo de valor y decido arreglar mi reflejo antes que ese espejo que me quiere muerta.

lunes, 2 de mayo de 2016

Cadenas silenciosas

Somos las que estamos, fuimos parte de lo que somos y lo que seremos depende de lo que seamos ahora.

No me sirve de nada mirar al futuro sin mover piezas en el presente, no me sirve de nada quedarme sentada esperando sin destruir para construir. El mundo que nos dan no es el que yo quiero y no voy a quedarme impasible observando como se perpetúan masacres de género, especie, raza y clase. No me interesa, no me hace feliz, no me hace libre. Y lo que no me hace libre, cuanto mas lejos mejor.

No espero nada de un mundo que nos educa a encerrar a seres con alas para que nos deleiten con su canto. No espero nada de un mundo que lo quiere todo bajo su control. No espero nada y lo que quiera lo lucho.


sábado, 2 de abril de 2016

Las cuerdas se rompen

Solo quiero llorar, empaparme en lágrimas y ahogarme en sollozos. Desgarrarme el pecho para limpiarme por dentro y que duela, que duela mucho para que luego pueda dejar de hacerlo. Solo quiero dejar de esperar y de pensar que tengo que ser paciente y que las cosas igual que se han ido, vuelven. No Celia, asúmelo ya.

Promesas y silencio.

Jugáis a tensarnos como si fuésemos una cuerda y sois tan sumamente gilipollas que no os dais cuenta de que las cuerdas cada vez que las tensas, se desgastan y que finalmente, se rompen. Y aquí rompo la mía. Rompo esa cuerda que no va a volver a su estado inicial. La rompo porque duele menos cortar el hilo que queda suelto con una tijera que dejar que se vaya deshilachando poco a poco.

La eterna espera, porque quien sabe? igual la cuerda se recompone cuando el del otro extremo deja de estirar y estirar... y ya BASTA. Basta, porque mientras por un lado tiran con fuerza desde un sofá acolchadito, en el otro nos dejamos la vida para mantener el equilibrio.

jueves, 31 de marzo de 2016

Quiero

Ni muy cerca ni muy lejos. Que tan cerca me da miedo y tan lejos te extraño. La desconfianza basada en experiencias paraliza el presente. Abrázame, pero no me ahogues. Déjame libre pero no me ignores. Riega y mima lo que quieres, sino nunca crecerá.

Cuida tus palabras y los actos que las acompañan, que ya me encargo yo de cuidarme del mecanicismo. Escucha a quien está a tu lado que yo no perderé de vista al enemigo. Y si sientes mi alegría probablemente quiera compartirte también mis penas. Quiero que me preguntes si quiero que me acompañes mientras lloro, mientras pienso y mientras río. O mientras todas a la vez.

Quiero que no des por hecho que habrá besos, quiero que fluyan, que surjan y nos invadan. Y que de no ser así no pase nada. Que no haya divagaciones mentales sobre nosotras sin compartir, que las conversaciones sean sinceras puestas en común de nuestras preocupaciones, miedos, limites y deseos.

Quiero que comprendamos que no estamos para complacer a la otra persona, pero que de torturarnos ya se encarga el/los sistema(s) pertinente(s) que nos oprimen a cada una. Quiero no tener que ser yo la que cuide y tu el que disfrute. Quiero horizontalidad, y soy consciente de que en una relación socialmente desigual, esa horizontalidad es tan efímera como no lo es la tristeza que me invade al dejar de crecer con alguien a quien quiero.

martes, 15 de marzo de 2016

Menos consejos, más escucha.

Llevamos toda la vida tragando emociones que nos atraviesan, sonriendo aunque nos estemos muriendo por dentro, y contestando "nada" al "qué te pasa?" para no preocupar, para no exagerar nuestras nimiedades que nunca son para tanto. Para no ser demasiado sensibles, para no poneros en la situación de tener que empatizar con nosotras, en las que encima terminamos consolándoos porque "no sabéis que decirnos" o "que malos sois dando consejos". Igual no necesitamos tus consejos.

Toda la vida tragando sentimientos y responsabilizándonos de las emociones que os produce que nosotras las compartamos. Toda la vida gestionando lo nuestro y lo ajeno. Y aún tenéis las narices de venir a decirnos que vosotros estáis super oprimidos porque "no podéis llorar". Mira mira, no me no me, que te que te ...

Caballo de Troya 2

No sé como empezar esta carta y no quiero hacerlo con un "hola" porque es que creo que ni lo mereces. Ayer por la noche volvía a casa pensando que decirte si me cruzaba contigo en algún momento de mi vida y la verdad es que no me salían ni palabras. Fuiste breve, pero brevemente intenso y doloroso. No recuerdo ni tu nombre, y en realidad no sé si quiera si quiero recordarlo porque de querer hacerlo podría preguntarle a cualquier compañera o indagar en el asunto. No recuerdo ni tu forma de hablar, ni siquiera de las cosas que nos explicabas en clase, aunque si recuerdo las gilipolleces de ejercicios que nos mandabas hacer, total, eso somos, alumnos que hacen lo que pides y tu un profesor que solo pide ejercicios, porque lo que es la parte de la inteligencia emocional ya tal.
No recuerdo ni quiero recordar absolutamente nada de ti, únicamente que eras mi profesor de plástica de 1º de la eso cuando yo tenía 11 años, y claro, todo lo que eso conllevaba. Tu poder sobre nosotros te daba una impunidad que da asco.

Recuerdo tu mirada aquel día, uno de tantos en los que se metían conmigo, me insultaban en alto rompiendo silencios y en aquella ocasión uno de esos silencios fue el de tu clase. Recuerdo como entre ejercicio y ejercicio, Mario (ese niño tan guapo que nos gustaba a todas en primaria) me gritó desde la otra punta esa palabra. Recuerdo sacar fuerza para levantar la cabeza entre las miradas del resto y mirarte pidiendo ayuda. Tu me mirabas, pero no dijiste nada, absolutamente nada. Y tus ojos se clavaron en mi como si me estuviesen pegando una paliza, fue eterno. No hice nada, de hecho no recuerdo nada más, solo la sensación de querer desaparecer en ese momento pero sin tener la necesidad de levantarme de la silla para que nadie me viera. Ser invisible.

Tu no me insultaste, no, pero decidiste usar el poder que te da el maldito sistema educativo para callarte ante una agresión explicita.
Me pregunto si te torturará de la misma forma que a mi ese o cualquier otro recuerdo. Qué clase de persona decide ser profesor sin empatizar una mierda con las mini personitas con las que comparte horas de clase? Qué clase de persona no responde ante un grito de ayuda en forma de mirada de una niña de 11 años? Cuantas agresiones más has presenciado y has decidido obviar desde tu estatus de poder?
Y lo peor es que escribo esto sintiendo que igual tu también pasaste por algo similar y que tu silencio puede ser la respuesta al miedo o a una parálisis emocional que te impidiese actuar en ese momento. Y el odio se transforma en empatía y en vez de odiarte a ti me odio a mi por no odiarte. No sé quién eres ni quien serás ahora, pero sé que 13 años después sigo acordándome de ti.

viernes, 19 de febrero de 2016

Desayunos


- Mi relación contigo la veo sencilla, sin mucho esfuerzo, solo pasa sin más.

+ Porque hay ganas y porque no es unilateral.

- Nuca me fuerzo a nada hablando contigo, ni me veo caminando por sitios que no quiero.


Pedestales

Nos armamos de palabras que critican pedestales sin darnos cuenta de que nos hemos subido a uno y que miramos desde arriba a todas las personas que nos ayudaron a salir del subsuelo, y sin darnos cuenta nos descubrimos hablándoles a gritos. Vertical.

Te das cuenta, quizá porque alguien decide poner una escalera para enseñarte tu propia imagen o quizá porque un día decides bajar a por agua y al pisar a alguien con tus enormes pies, la imagen de "en lo que te has convertido" la ves tu misma. Objetividad.

Ya no sabes si después de coger el agua quieres subir o quedarte abajo ayudando a quien has pisado, pero la persona pisoteada no quiere tu ayuda y con sus lágrimas y su dolor las demás se dan cuenta de que algo falla. Así que como ves malas caras decides subir a las nubes de nuevo. Nadie rechaza tus disculpas. Ego.

Entonces un día mientras estás pensando en la nada y dándole color a tus uñas o tu pelo, alguien sube y te da un toquecito en el hombro. Al darte la vuelta ves la cara de una persona que te suena pero que como tampoco has prestado mucha atención te cuesta reconocer, y finalmente te das cuenta, "es la chica a la que pisé bajando a por agua". Ella te golpea fuerte con sus palabras y puños y te tira al suelo. Ahí la perspectiva es diferente. Bajada.

Ya no hay escalera, o la hay pero no la quieres. Toca construirse de nuevo asumiendo las mala caras pero sin culpas. Toca quererse y recrearse, de dentro a fuera. Horizontalidad.






domingo, 7 de febrero de 2016

Mi san valentin

No sé si es la distancia la que cada vez me conecta más con tu recuerdo, o si por el contrario son tus recuerdos los que cada vez me hacen estar más distante.

Así funciona desde que apareciste en mi vida. Lo inundaste todo de aparente calma, cargada de tormenta. Me balanceaste y golpeaste hasta verme en el suelo, y una vez ahí me pisoteaste muy fuerte mientras me hacías creer que era por mi culpa y por mi bien. Me sumergiste en tus deseos más profundos arrebatándome los míos de cuajo y me hiciste participe de tus inseguridades, de ti y de tus miserias.
Me regalaste atardeceres a la orilla de los estanques del palacio real, pero también me regalaste una posición que yo no quise, me regalaste poder en forma de amor, de revolución y de sueños. Me regalaste mentiras, silencios y culpas. Me regalaste miedo y ansiedad cada vez que oigo tu nombre o escucho canciones que me recuerdan a ti.

Y devolví tus regalos, todos y cada uno de ellos, tiré a la basura el lazo rojo que los envolvía y escupí encima de esos paquetes pomposos porque me di cuenta de que en eso consistía, en aparentar, en hacer creer que eramos la portada de una película de Disney sin que nadie se diese cuenta de la moraleja o de tu papel en ellas. Eras la mezcla perfecta entre sus príncipes y la misoginia rancia de sus brujas. Eras mi tortura y lo sigues siendo. Pero las pelis se acaban y esto se parece mucho mas a una pesadilla interminable. Solo quiero darle al stop, sacar la cinta y que al grabar encima se curen todas y cada una de las heridas, sin cicatrices.

viernes, 5 de febrero de 2016

Pesadillas

Algo que no hemos hecho está a punto de salpicarnos. Corremos, corremos muy rápido, escapando de lo que está a punto de venir. Al principio de la mano, pero luego nos soltamos.
Nos persiguen como si no hubiera mañana. Jadeantes doblamos la esquina. Giro la cabeza y las veo, nos pisan los talones y mis piernas empiezan a flaquear "tenía que haber hecho ejercicio para fortalecer la resistencia" -pienso- pero es demasiado tarde. Mi velocidad disminuye y tu te alejas mientras yo estiro la mano para poder tocarte mientras grito tu nombre. Estás lejos y ellos cerca, muy cerca. Me agarran y me retienen por la espalda. Te das la vuelta e intento zafarme, pero no vuelves. Sigues corriendo y desapareces mientras abro los ojos con el corazón a mil.



.

.

.

El no es el, pero está humillándola a ella, ella que si es ella. Y yo, que no sé que pinto en esa situación me entrometo, evidentemente y la defiendo, la protejo y la abrazo. Y cuando está mas tranquila voy a vengarme, pero la dejo sola. La dejo sola y entonces un tipo la monta en su coche y abusa de ella sexualmente. Por mi culpa, por irme a vengar a quien no puede recibir ni la mitad de lo que ha hecho sufrir. Al volver ella llora y grita mientras se abrocha la camisa que le han desgarrado, desesperada. Y yo persigo corriendo el coche de ese hijo sano del patriarcado que ha hecho lo que acaba de hacer, pero intenta atropellarme. Y otra vez, me despierto, sobresaltada casi llorando y con el corazón a punto de salirse por la boca.

martes, 2 de febrero de 2016

Desaprender

Hace tiempo que vengo dándole vueltas a este tema (como no hacerlo, si no nos deja vivir en muchos casos); y el tema es la percepción de nosotras mismas, de nuestro cuerpo. Habrá como dosmil artículos de compas hablando sobre esto, pero tengo la necesidad de expresarlo por escrito para liberarme del peso que me genera no exteriorizarlo.

Veo fotos mías del pasado o de un pasado no tan lejano y recuerdo perfectamente el sentimiento que tenía para conmigo, lo poco que me gustaba, lo que sentí en ese momento determinado al hacerme esa fotografía y lo que pensé al verla. Y joder, lo observo con perspectiva, con distancia, como ajena al cuerpo que en aquel momento no me gustaba, a un cuerpo que era mio y sentía pesado, feo y horrible, lo veo desde el cuerpo que ha cambiado y que evidentemente, no es el mismo y digo ¿pero qué mierdas nos han metido en la cabeza para odiarnos de esta forma tan insana, para torturarnos de la forma que lo hacemos o lo hemos hecho, para juzgarnos, para fustigarnos, para maltratarnos así? ¿Por qué nos alejan del amor propio y nos educan en relaciones vacías repletas de naranjas cortadas por la mitad? ¿Como no generar carencias si nos arrebatan nuestra percepción de nosotras mismas desde que somos pequeñas? si nos ponen delante tres millones de maniquíes iguales y tres únicas tallas de ropa en las tiendas en las que compramos (que resulta que dan incluso menos talla de la que dicen) y nos dicen "se como quieras".

Somos supervivientes desde que nacemos, sigamos los cauces del sistema o salgamos de ellos. Estamos locas, exaltadas, rabiosas, buscando un amor propio en el que nunca nos han educado, nos autoeducamos en el aprendizaje del odio que nos destruye.
Que no es fácil, que a veces caemos, pero joder, como no hacerlo? "Las mujeres son mas débiles" nos dijeron, y tenían miedo de que nos diésemos cuenta de que era una sucia mentira. Mentira como sus cuerpos únicos, como su binarismo de género, como su heteronorma, su romanticismo, su monogamia y en general todo su sistema insostenible y putrefacto.

Estoy harta de mensajes que nos dicen lo que tenemos que hacer; que nos queramos pero no demasiado porque "del amor propio al ego hay un paso"; que comamos lo que queramos entre operación bikini y operación batadeandarporcasa; que seamos delicadas pero fuertes; infantiles pero maduras; femeninas pero descuidadas; con carácter pero calladas....

Nuestra venganza será nuestro reflejo en el espejo desbordando amor propio.

viernes, 29 de enero de 2016

Simuladores

¿Recuerdas aquel simulador del parque de atracciones? Una sala cerrada ni muy grande ni muy pequeña, lo suficiente como para darte claustrofobia si lo pensabas demasiado. Un montón de asientos escalonados situados en frente de una pantalla blanca, como en el cine. Te sentabas y observabas el corto que proyectaban, pero de vez en cuando te hacían participe y la silla se movía, unas veces despacito y otras muy fuerte.

Anoche me dio por aferrarme a la silla e introducirme dentro de la pantalla y joder, se estaba hasta calentito. Me abracé fuerte, me acaricié y me dije que no quería volver a sentir la silla vibrar sin formar parte de las ondas que provocaban ese movimiento, que no volvería a ver la película de mi vida sin ser la protagonista de la misma.

lunes, 25 de enero de 2016

Mes-es

Ni siquiera ha llegado Febrero y yo aquí con ansias de Junio pensando que quizá sea similar al Julio pasado, pero obviamente es mentira. Estoy saliendo de este Enero con el entusiasmo con el que entré en Septiembre pero hasta arriba de Octubres, Noviembres y Diciembres.

Sopas que son purés y cielos de asfalto desgastado. Tiempo que no se pierde, sino que se escapa porque no quiere que lo cuenten. En fin, que me voy a cocer a fuego lento ilusiones y sueños, espero que esta vez no se queden apelmazadas.

miércoles, 20 de enero de 2016

Caballo de Troya

Que diferente es cuando aparecen los monstruos a cuando sales a buscarlos para enfrentarte con ellos. Parece como si supiesen perfectamente cuando pillarte desprevenida, cuando y donde atacar para desestabilizarte.
Tenía dos opciones, salir a por ellos o esperar a que apareciesen y escribir al respecto. Al elegir la primera me doy cuenta de que ahora mismo la parte racional tiene las manos aferradas al control y parece como si no dejase que nada ni nadie arrebatase ese mando que lo maneja todo.

La carretera recta o con curvas cerradas muy bien tomadas, pero a veces (últimamente con mucha mas frecuencia de la que me gustaría) alguien se interpone entre el volante y la racionalidad para tomar el mando y meterse por un campo lleno piedras, fango y baches. Es difícil controlar la situación  y parece que estás llegando de lleno al precipicio que hay al final de ese no-camino y joder, te desesperas, gritas por dentro y se te desgarra la mirada pidiendo ayuda en silencio. Pero estás sola en ese viaje.
Entonces la racionalidad asoma y se hace con el control justo a tiempo para dar un volantazo y devolvernos a un camino similar a una convencional de las de pueblo, de las no señalizadas ni recomendadas por el gps, rodeada de campos y estrecha, pero preciosa.
Y la irracionalidad se arrincona en la parte de atrás, enfadada, como cuando nos íbamos de viaje en familia y algo no salía como querías, las rodillas frente al cuerpo y la cabeza hundida entre ellas, pero con la mirada por encima y atenta planeando la siguiente maniobra. Mientras la racionalidad respira el aire limpio y puro que entra por la ventanilla e incluso se atreve a sacar la cabeza.

Creo que eso es lo que más me aterra de Irracional (joder y acabo de ponerle mayúsculas para nombrarla) su fría y premeditada aparición que parece casual. Sus esperas pacientes y sus apariciones en momentos donde Racional ha salido a echarse un piti.

Debo reconocer que a veces a Racional le gusta tontear un poco con Irracional, le invita a pasar a su cuarto, sobre todo cuando las noticias inmundas inundan los medios o nuestros medios. Irracional ayudó a Racional a ser como es, pero ahora solo le hace daño. E Irracional nunca se va, parece como si Racional estuviese anclada en esa relación. (Auto)maltrato, (auto)tortura. Siempre que Irracional la caga, vuelve con cremitas para la ducha y claro a Racional se le ablanda la patata y piensa "no lo volverá a hacer", pero claro que lo hace.

martes, 19 de enero de 2016

Cuidados

Los cuidados serán recíprocos o no serán.

Cuidados somos nosotras respetando nuestros tiempos y espacios, hablando y rehablando si vemos bien mandarnos dos millones de cosas que queremos compartir la una con la otra aunque tardemos días en leerlo. Cuidarnos es pedir u ofrecer ayuda entre mensajes no leídos y dejar para más tarde lo atrasado para atender esa llamada explícita.
Cuidados es tenernos en cuenta, preguntarnos, empatizar... Analizar políticamente las actitudes irracionales para no pringar a la otra persona con ellas cuando no corresponde.
Cuidados es "llora y desahógate, ¿qué necesitas y como te sientes?" en las malas y "eres el gato de Alicia" en las buenas. Cuidados son mensajes anónimos de chicas desconocidas con las que creas lazos y terminas compartiendo emociones, nocheviejas, despedidas, reencuentros, lucha, análisis políticos y sobre todo fuerza y sororidad. O enfrentamientos conjuntos ante situaciones de riesgo, manos entrelazadas debajo de la mesa, caricias en momentos de tensión y abrazos que hablan por si solos.
Cuidados es darnos tiempo para decir lo que el mundo no nos deja, sin juicios ni culpas. Cuidarnos es decir "tengo miedo" y echar a correr juntas sin cuestionamientos.

Cuidados son todas ellas y muchos menos ellos de los que nos gustarían. Cuidar responde a una imposición social que nos ha sido asignada, por eso somos más las que prestamos atención a vuestras necesidades emocionales (a veces incluso priorizandolas sobre las nuestras) y menos los que prestáis atención a las nuestras (porque vuestro ombligo es lo único importante). Y joder, quien "necesita" que le cuide "un" ellos teniendo un comando lleno de ellas con quien cuidarnos de esta forma tan linda?

jueves, 14 de enero de 2016

Nos queremos vivas


Madrid se viste de negro para recordarlas a ellas y para señalarles a ellos. Se viste de negro porque al morado no se le escucha. No olvidamos y no lo haremos. Nos queremos vivas.




Metafueron

A quién coño le importan las metáforas? He roto conmigo, bueno en verdad llevo rompiendo y volviendo mucho tiempo. Como esas parejas insufribles que nunca están bien pero siempre hay un punto en el que "están mejor que nunca".
Es una puta mentira; el mundo, no esta sensación, esta sensación es tan de verdad como el dolor de espalda que tengo ahora mismo por sentarme mal o no llevar sujetador. ¿Qué queréis que os diga? La autoguerra ha vuelto, bueno, en realidad nunca se fue.


martes, 12 de enero de 2016

ce

Paradas de autobús, conversaciones ininteligibles, excusas a media sonrisa, galletas y cafés con caramelo, chocolate, naranja o solo, pero casi siempre sola. Lluvia y tímidos rallos de sol, nubes grises, tormentas, anocheceres tempranos, playas que nunca piso pero si en pasado. Libros a medio leer, historias terminadas y otras en sus inicios. Proyectos y proyectos frustrados. Silencios, cuestionamientos, preguntas cuyas respuestas se quedan para mañana y mañanas que nunca llegan. Noches que parecen eternas, hojas de papel en blanco o manchadas de palabras i o ra. Ilusiones emocionales, esperas pacientes e impacientes. Fines de semana, autobuses, paradas de autobús.

miércoles, 6 de enero de 2016

Andrea

Ella es uno de esos ángeles
que empeña sus alas
para poder bajar al mundo real cada día
para que no olvidemos que la magia existe.

Pasea pensando que nadie la mira,
se sonroja cuando alguien le dice a ella
todo lo que ella dice a otros,
dice que no sabe llorar,
tiembla cuando el amor la sacude,
cree que en sus ojos solo caben despedidas
y no personas,
quiere hasta que se desgasta
y cree en todo lo que no existe.

Pero yo he sorprendido
a Madrid dándose la vuelta para aplaudirle;
he leído a más de un poema
escribir sobre su forma de acariciarse el pelo
y hablar en susurros;
he visto al cielo llover por ella
-y para ella-
cada vez que ha necesitado llorar,
he mirado a su pecho explotar como un volcán
y sobrevivir,
a pesar de los temblores;
he mirado cómo a pesar de todos los adioses
que cargan sus manos,
y que le pesan,
le pesan tanto como una semana llena de lunes,
jamás agacha la cabeza,
porque le puede más su ventrículo izquierda
que el lastre de las ausencias;
la he visto recomponerse
con sus propias manos,
como quien hace un castillo de arena
de sus heridas
para que solo vuelvan cuando suba la marea
pero para que siempre se marchen de nuevo;
y también he sido testigo
de cómo todo se volvía cierto y real en su boca,
que es imposible no creerla,
que si ella te dice que el amor sí existe,
tu abres tu corazón sin dudarlo,
y ya está,
que no hay imposibles cuando ella los dice.

A veces la miras
y no sabes si te ves a ti con cinco años
jugando en el parque,
montando a lomos de un caballo imaginario,
esperando a los Reyes Magos con los ojos como platos,
saltando sobre todos los charcos,
hasta sobre los que no existen,
sonriendo de medio lado
guardando entre su pelo
varios metros de cuentos
de esos que en vez de dormirte
te mantienen despierta toda la noche.

Otras veces
la observas y ves tu parte valiente,
la que resiste igual de viva
en un desierto que en una inundación,
la que espera sin despertar,
la que cree y no se rinde
-porque ella todas las batallas
las resuelve a besos,
y así no pierde nunca-,
la que quiere
mirando a los ojos
y siempre,
siempre está ahí.

Si la vierais,
si la conocierais,
entenderíais de qué hablo.

Cómo decirlo:
imagina la vida como si fuera un pilla-pilla
contra los rivales del otro equipo del colegio
Pues ella es casa.


-Elvira Sastre-

domingo, 3 de enero de 2016

Formulando *s

Ayer no era domingo, ayer cuando te vi era jueves, jueves noche o la madrugada del viernes, quien sabe, perdí un poco la noción del tiempo contándole a las estrellas que el orgasmo iba por ti al pintarme aquella luna, y ¡joder, que luna!. 

Pensé que las historias de amor de nochevieja eran un mito, pero menos mal que no. Que nos quiten el frío, lo bailao y a ser posible la distancia.