Ayer no era domingo, ayer cuando te vi era jueves, jueves noche o la madrugada del viernes, quien sabe, perdí un poco la noción del tiempo contándole a las estrellas que el orgasmo iba por ti al pintarme aquella luna, y ¡joder, que luna!.
Pensé que las historias de amor de nochevieja eran un mito, pero menos mal que no. Que nos quiten el frío, lo bailao y a ser posible la distancia.
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