miércoles, 20 de enero de 2016

Caballo de Troya

Que diferente es cuando aparecen los monstruos a cuando sales a buscarlos para enfrentarte con ellos. Parece como si supiesen perfectamente cuando pillarte desprevenida, cuando y donde atacar para desestabilizarte.
Tenía dos opciones, salir a por ellos o esperar a que apareciesen y escribir al respecto. Al elegir la primera me doy cuenta de que ahora mismo la parte racional tiene las manos aferradas al control y parece como si no dejase que nada ni nadie arrebatase ese mando que lo maneja todo.

La carretera recta o con curvas cerradas muy bien tomadas, pero a veces (últimamente con mucha mas frecuencia de la que me gustaría) alguien se interpone entre el volante y la racionalidad para tomar el mando y meterse por un campo lleno piedras, fango y baches. Es difícil controlar la situación  y parece que estás llegando de lleno al precipicio que hay al final de ese no-camino y joder, te desesperas, gritas por dentro y se te desgarra la mirada pidiendo ayuda en silencio. Pero estás sola en ese viaje.
Entonces la racionalidad asoma y se hace con el control justo a tiempo para dar un volantazo y devolvernos a un camino similar a una convencional de las de pueblo, de las no señalizadas ni recomendadas por el gps, rodeada de campos y estrecha, pero preciosa.
Y la irracionalidad se arrincona en la parte de atrás, enfadada, como cuando nos íbamos de viaje en familia y algo no salía como querías, las rodillas frente al cuerpo y la cabeza hundida entre ellas, pero con la mirada por encima y atenta planeando la siguiente maniobra. Mientras la racionalidad respira el aire limpio y puro que entra por la ventanilla e incluso se atreve a sacar la cabeza.

Creo que eso es lo que más me aterra de Irracional (joder y acabo de ponerle mayúsculas para nombrarla) su fría y premeditada aparición que parece casual. Sus esperas pacientes y sus apariciones en momentos donde Racional ha salido a echarse un piti.

Debo reconocer que a veces a Racional le gusta tontear un poco con Irracional, le invita a pasar a su cuarto, sobre todo cuando las noticias inmundas inundan los medios o nuestros medios. Irracional ayudó a Racional a ser como es, pero ahora solo le hace daño. E Irracional nunca se va, parece como si Racional estuviese anclada en esa relación. (Auto)maltrato, (auto)tortura. Siempre que Irracional la caga, vuelve con cremitas para la ducha y claro a Racional se le ablanda la patata y piensa "no lo volverá a hacer", pero claro que lo hace.

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