viernes, 19 de febrero de 2016

Desayunos


- Mi relación contigo la veo sencilla, sin mucho esfuerzo, solo pasa sin más.

+ Porque hay ganas y porque no es unilateral.

- Nuca me fuerzo a nada hablando contigo, ni me veo caminando por sitios que no quiero.


Pedestales

Nos armamos de palabras que critican pedestales sin darnos cuenta de que nos hemos subido a uno y que miramos desde arriba a todas las personas que nos ayudaron a salir del subsuelo, y sin darnos cuenta nos descubrimos hablándoles a gritos. Vertical.

Te das cuenta, quizá porque alguien decide poner una escalera para enseñarte tu propia imagen o quizá porque un día decides bajar a por agua y al pisar a alguien con tus enormes pies, la imagen de "en lo que te has convertido" la ves tu misma. Objetividad.

Ya no sabes si después de coger el agua quieres subir o quedarte abajo ayudando a quien has pisado, pero la persona pisoteada no quiere tu ayuda y con sus lágrimas y su dolor las demás se dan cuenta de que algo falla. Así que como ves malas caras decides subir a las nubes de nuevo. Nadie rechaza tus disculpas. Ego.

Entonces un día mientras estás pensando en la nada y dándole color a tus uñas o tu pelo, alguien sube y te da un toquecito en el hombro. Al darte la vuelta ves la cara de una persona que te suena pero que como tampoco has prestado mucha atención te cuesta reconocer, y finalmente te das cuenta, "es la chica a la que pisé bajando a por agua". Ella te golpea fuerte con sus palabras y puños y te tira al suelo. Ahí la perspectiva es diferente. Bajada.

Ya no hay escalera, o la hay pero no la quieres. Toca construirse de nuevo asumiendo las mala caras pero sin culpas. Toca quererse y recrearse, de dentro a fuera. Horizontalidad.






domingo, 7 de febrero de 2016

Mi san valentin

No sé si es la distancia la que cada vez me conecta más con tu recuerdo, o si por el contrario son tus recuerdos los que cada vez me hacen estar más distante.

Así funciona desde que apareciste en mi vida. Lo inundaste todo de aparente calma, cargada de tormenta. Me balanceaste y golpeaste hasta verme en el suelo, y una vez ahí me pisoteaste muy fuerte mientras me hacías creer que era por mi culpa y por mi bien. Me sumergiste en tus deseos más profundos arrebatándome los míos de cuajo y me hiciste participe de tus inseguridades, de ti y de tus miserias.
Me regalaste atardeceres a la orilla de los estanques del palacio real, pero también me regalaste una posición que yo no quise, me regalaste poder en forma de amor, de revolución y de sueños. Me regalaste mentiras, silencios y culpas. Me regalaste miedo y ansiedad cada vez que oigo tu nombre o escucho canciones que me recuerdan a ti.

Y devolví tus regalos, todos y cada uno de ellos, tiré a la basura el lazo rojo que los envolvía y escupí encima de esos paquetes pomposos porque me di cuenta de que en eso consistía, en aparentar, en hacer creer que eramos la portada de una película de Disney sin que nadie se diese cuenta de la moraleja o de tu papel en ellas. Eras la mezcla perfecta entre sus príncipes y la misoginia rancia de sus brujas. Eras mi tortura y lo sigues siendo. Pero las pelis se acaban y esto se parece mucho mas a una pesadilla interminable. Solo quiero darle al stop, sacar la cinta y que al grabar encima se curen todas y cada una de las heridas, sin cicatrices.

viernes, 5 de febrero de 2016

Pesadillas

Algo que no hemos hecho está a punto de salpicarnos. Corremos, corremos muy rápido, escapando de lo que está a punto de venir. Al principio de la mano, pero luego nos soltamos.
Nos persiguen como si no hubiera mañana. Jadeantes doblamos la esquina. Giro la cabeza y las veo, nos pisan los talones y mis piernas empiezan a flaquear "tenía que haber hecho ejercicio para fortalecer la resistencia" -pienso- pero es demasiado tarde. Mi velocidad disminuye y tu te alejas mientras yo estiro la mano para poder tocarte mientras grito tu nombre. Estás lejos y ellos cerca, muy cerca. Me agarran y me retienen por la espalda. Te das la vuelta e intento zafarme, pero no vuelves. Sigues corriendo y desapareces mientras abro los ojos con el corazón a mil.



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El no es el, pero está humillándola a ella, ella que si es ella. Y yo, que no sé que pinto en esa situación me entrometo, evidentemente y la defiendo, la protejo y la abrazo. Y cuando está mas tranquila voy a vengarme, pero la dejo sola. La dejo sola y entonces un tipo la monta en su coche y abusa de ella sexualmente. Por mi culpa, por irme a vengar a quien no puede recibir ni la mitad de lo que ha hecho sufrir. Al volver ella llora y grita mientras se abrocha la camisa que le han desgarrado, desesperada. Y yo persigo corriendo el coche de ese hijo sano del patriarcado que ha hecho lo que acaba de hacer, pero intenta atropellarme. Y otra vez, me despierto, sobresaltada casi llorando y con el corazón a punto de salirse por la boca.

martes, 2 de febrero de 2016

Desaprender

Hace tiempo que vengo dándole vueltas a este tema (como no hacerlo, si no nos deja vivir en muchos casos); y el tema es la percepción de nosotras mismas, de nuestro cuerpo. Habrá como dosmil artículos de compas hablando sobre esto, pero tengo la necesidad de expresarlo por escrito para liberarme del peso que me genera no exteriorizarlo.

Veo fotos mías del pasado o de un pasado no tan lejano y recuerdo perfectamente el sentimiento que tenía para conmigo, lo poco que me gustaba, lo que sentí en ese momento determinado al hacerme esa fotografía y lo que pensé al verla. Y joder, lo observo con perspectiva, con distancia, como ajena al cuerpo que en aquel momento no me gustaba, a un cuerpo que era mio y sentía pesado, feo y horrible, lo veo desde el cuerpo que ha cambiado y que evidentemente, no es el mismo y digo ¿pero qué mierdas nos han metido en la cabeza para odiarnos de esta forma tan insana, para torturarnos de la forma que lo hacemos o lo hemos hecho, para juzgarnos, para fustigarnos, para maltratarnos así? ¿Por qué nos alejan del amor propio y nos educan en relaciones vacías repletas de naranjas cortadas por la mitad? ¿Como no generar carencias si nos arrebatan nuestra percepción de nosotras mismas desde que somos pequeñas? si nos ponen delante tres millones de maniquíes iguales y tres únicas tallas de ropa en las tiendas en las que compramos (que resulta que dan incluso menos talla de la que dicen) y nos dicen "se como quieras".

Somos supervivientes desde que nacemos, sigamos los cauces del sistema o salgamos de ellos. Estamos locas, exaltadas, rabiosas, buscando un amor propio en el que nunca nos han educado, nos autoeducamos en el aprendizaje del odio que nos destruye.
Que no es fácil, que a veces caemos, pero joder, como no hacerlo? "Las mujeres son mas débiles" nos dijeron, y tenían miedo de que nos diésemos cuenta de que era una sucia mentira. Mentira como sus cuerpos únicos, como su binarismo de género, como su heteronorma, su romanticismo, su monogamia y en general todo su sistema insostenible y putrefacto.

Estoy harta de mensajes que nos dicen lo que tenemos que hacer; que nos queramos pero no demasiado porque "del amor propio al ego hay un paso"; que comamos lo que queramos entre operación bikini y operación batadeandarporcasa; que seamos delicadas pero fuertes; infantiles pero maduras; femeninas pero descuidadas; con carácter pero calladas....

Nuestra venganza será nuestro reflejo en el espejo desbordando amor propio.