jueves, 29 de enero de 2015

A la mierda

Madre mía, que pesadilla, no llevo ni una hora estudiando y ya estoy muerta del asco. Dándole vueltas a la cabeza todo el rato, soy lo maldito peor. Mi cabeza es lo maldito peor. Es como un conjunto de mil movidas que pasan de un lado a otro, que me bombardean y dejan como agujeros que hasta que no me paro detenidamente a analizar y a reparar, no curan y pueden estar así días, o incluso semanas.

Vaya tela. Estaba pensando, entre otras cosas, que me gustaría ser invisible. Desaparecer y volver a entrar, como si no fuese nadie, como si nadie me conociese, guardar silencio y estar expectante.
No me veo predicando un mensaje que ni yo misma he sabido llevar a cabo en muchas ocasiones y si, puede que a mucha gente le llegue y le sirva para algo (que este es uno de los motivos por los que sigo manteniendome) pero a menudo me pregunto "¿quiero esto?" es decir, no se, ¿a que nivel? ¿quiero que la peña sepa todas y cada una de mis debilidades porque "en nuestro mundo nuevo no pasa nada por desnudarse porque todo el mundo te quiere mazo por como eres"? ¿Con que finalidad? ¿Para que luego te ataquen a muerte con todas y cada una de esas vísceras que sacaste con personas que creías que eran lo que no son?

Es una pesadilla que ni se acaba, ni parece tener fin. Una pesadilla que me hace pensar hasta que punto esta mierda vale la pena. Porque en realidad, que? que estamos creando? que estamos alimentando? Un empoderamiento que luego se volverá en nuestra contra? Un empoderamiento que luego servirá para insultar a hermanas por las redes sociales o agredir físicamente a compañeras en espacios comunes, o por que no, ambas.

Yo no quiero esto, yo no lucho para esto. Y a veces me planteo que si la lucha tiene tanto peso en mi vida y la lucha se convierte en esto, entonces, mi vida en que se queda? en luchar contra la lucha mal concebida? Pues lo siento, pero se me quitan las ganas. Y lo peor es que no vale decir "me pongo la venda y hago una vida normal" porque ni quiero, ni puedo. Así que, a la mierda.

miércoles, 28 de enero de 2015

Macedonia.

Viniste a mi mundillo guiándote al oído entre paredes blancas y llegando tarde por primera vez. Primera, porque eso significa que hay segundas, terceras y afortunadamente innumerables veces más, aunque no en todas llegas tarde, a veces también me esperas tu, y no solo a que llegue presencialmente. No se si me explico.

Y de las casualidades más "absurdas" crece algo lleno de empatía que va cargando de sentido a la palabra amor. De un click, de distancia espacio-temporal, de otra vida, de confidencia, de una foto, de un cumple, de un corte de pelo, de favores, de mismos pensamientos separados por una pared, de caricias en el sofá, de miradas, de muelles, de sonrisas, de túneles del metro, de echar de menos, de sinceridad aunque lejos, de reencuentros, de tarareos, de bromas malas, de risas, de vulnerabilidad, de besos, de historias. En definitiva, de vidas llenas de crecimiento personal individual y conjunto, de lucha interna, de romper esquemas, de sinceridad, de confianza, de empatía y de todo lo que todo esto implica.

Yoyos

Hola. Soy yo, si, bueno, estaba claro pero quería especificarlo porque no quiero dejar de serlo.
Soy yo con mis errores, con mis aciertos; soy yo con mis análisis políticos de todas las situaciones personales de mi día a día; yo con mis idas y venidas; con mis emociones irracionales, pero también con la gestión de las mismas; con mis tiempos y mis limites; soy yo con mi rabia, ira, impotencia y resignación en los momentos en los que todo me sobrepasa; con mis manías; mis tarareos; con mis nudos en la garganta cada vez que no quiero mostrar vulnerabilidad;  con mi pasado, ese del que ni quiero ni puedo desprenderme y me ha ayudado llegar a ser quien soy y quien quiero seguir siendo, yo. Yo compuesta de todes vosotres, de todos vuestros "yos" los que me han acariciado suave y lentamente y siguen haciéndolo, o los que lo hicieron para luego arañar fuerte y desgarrar ese pedacito, y por que no, también de los que únicamente aparecieron para desgarrar de esa forma. Soy un conjunto de todo lo que me ha pasado. En el pasado, pero también en el presente.

Solo ha habido dos momentos en mi vida en los que he odiado ser yo, en uno por bullying, y en el otro, por autoestima personal. Ambos relacionados con lo mismo. Y cuando me levanté de toda esa mierda y me di cuenta de que el problema no era yo, sino el mundo que me hacia odiarme dije "nunca más". Así que, lo siento, pero después de todas las batallas que llevo libradas no pienso dejar que hagáis que dude de si me quiero o dejo de quererme, o de si la gente que me quiere lo hace o no lo hace. Porque sabéis? es curioso, y parecía que no, pero hasta en los espacios aparentemente mas paradisíacos hay cielos grises que intentan nublarte la vida. Pero mi claridad mental es mas fuerte y se lo que quiero, y me quiero a mi creciendo al lado de vuestros "yos".


jueves, 22 de enero de 2015

Contradicciones

No le pongas nombre a lo que siento cuando ni yo misma lo sé. No me digas que he de hacer cuando me desgarro por dentro por sentir o por vivir, pero sobre todo, cuando me desgarro por no querer desgarrarme.
No me cuentes que no debería tener estas emociones irracionales, que ya se que nada tienen que ver con lo que yo promulgo. No me cuentes nada, directamente, no me cuentes, que por cuentos estamos "hechas" y que por contarnos hemos dejado de ser personas para pasar a ser solamente números. Y los números no sienten. Algo estamos haciendo mal.

No me digas que duerma tranquila cuando me acuesto sabiendo que el mundo es una pesadilla. No pretendas que ese mundo no se reproduzca en mi subconsciente, porque pasa, y mas a menudo de lo que me gustaría.

No me cuentes que "yo puedo" cuando sé bien que puedo a ratos. No me digas a mi que exagero, mejor díselo a mis pesadillas, a mis miedos, a mi autoestima, a mis celos, o mis ansias de libertad.

Porque da igual cuán transparente sea el cristal, la mierda siempre es mas intensa dentro.

Audiovisual



viernes, 16 de enero de 2015

Bilis

Escribo mas en los borradores que en el diario, ese que llevo arrastrando durante años y que a día de hoy aún me falta tiempo para dedicarle.
Desde que mi vida se ha convertido en un análisis político constante, tardo en expresar mis emociones, pero cuando lo hago, me encuentro mucho mejor.

El problema es que ya no se ni lo que pienso, ni lo que siento, ni lo que digo. O bueno, puede que no sea un problema. 
El problema es que cuando me levanto de la cama hay pocas cosas que me dan el impulso para salir de ella, pero salgo, aquí estoy, escribiendo, tomándome un "viernes sabático" para hacer lo que tanta falta me hace, estar conmigo y desgarrarme por dentro a mi misma todo lo que la sociedad intenta hacer constantemente todos los días.

Aquí estoy enfrentándome a mis miedos, pero solo a unos pocos. La presa de mi cabeza ha puesto una barrera por la que solo deja pasar a goteo algunas de las emociones que me paralizan, y menos mal, porque cuando esa barrera se abre, mi pecho y mi mente se inundan.

En realidad esto no es nada, solo un popurri de mierda emocional, un desahogo, como lo que llevo volcando en esta página desde hace años.
En realidad esto es solo mi bilis, porque el vómito está en los borradores, o convertido en metáforas y palabras menos crudas dentro de textos de mierda publicados como este.

Y ya está, parece que he dicho mucho, pero en realidad, no he dicho nada. Parece que mi pecho se calma cuando le quito peso soltando palabras inconexas. Y me echo para atrás en la silla, apoyo la cabeza y suspiro. ¿Qué voy a contaros?, es mas, ¿qué os importa? ya se, nada, pero a mi espero que si.



sábado, 10 de enero de 2015

Por mi y por todas mis compañeras

Por cada respuesta ante agresiones después de ponerle nombre, o sin la necesidad de hacerlo; por cada cuestionamiento interno; por cada lagrima; por cada abrazo; por cada sonrisa cargada de sororidad; por cada reconocimiento del miedo interno; por cada "yo no puedo"; por cada historia compartida de la que aprendemos; por cada pregunta; por cada muestra de respeto; por cada relación de cuidados; por cada muestra de represión sexual; por cada sentimiento de libertad. 

Por cada una de nosotras, por cada uno de vosotros, por cada une de vosotres, por todo el aprendizaje individual y colectivo. Por lo que estamos construyendo, por lo que estamos destruyendo y lo que nos queda de ambas. 
Por las que no están, por las que estuvieron, por las que estarán. Por ti, por mi, por ellas. 

Porque cuando me hacéis participe de vuestro crecimiento, crezco. Y de alguna forma, crecemos juntes.

Audiovisual

jueves, 1 de enero de 2015

2015

Para empezar el año de la misma forma que habíamos terminado el 2014, anoche, las últimas reflexiones antes de tomar las uvas, se centraron en la vestimenta de Cristina Pedroche.
No nos paramos a relacionar de forma directa esto con las 101 asesinadas, y se siguen fomentando estos hechos con comentarios que no pedimos, porque total, nuestros cuerpos nos han sido arrebatados, desposeídos y todo el mundo tiene derecho a opinar sobre ellos, llevemos un vestido transparente, bikini, o un jersey de cuello vuelto, eso da igual.

Empezamos el año igual que lo terminamos. Inundadas en machismo rancio. Con frases del tipo "es que va desnuda" como justificación, "tápate" como prevención y "ten cuidado" como culpabilización si te pasa algo. Llevándonos al miedo cuando andamos solas por la calle. A estar una hora pensando que hacer, porque una amiga, que te ha llamado de madrugada llorando para decirte que no soporta este mundo de mierda donde nos maltratan, no responde ni a los mensajes, ni a las llamadas.

Empezamos el año llenas de mierda, pero más juntas que nunca para hacer nuestro lo que nos intentan arrebatar todos los días, nuestro cuerpo, nuestra vida.