domingo, 22 de mayo de 2016

Parpadeando

La presión invade mi pecho en forma de angustia y sube lentamente por mi garganta provocando un nudo difícil de deshacer. Ese nudo se me atraganta subiendo rápidamente por toda la cara hasta llegar en forma de charco a mis ojos, y ahí mueren ahogados en parpadeos toda mi tristeza, rabia, impotencia y frustración.

Recuerdo cuando para desahogarme pensaba en marcar el número de teléfono de alguna persona que estuviese a mi lado muy en las malas. Recuerdo cuando buscaba el abrazo que fuese casa, la escucha activa, los hombros dispuestos a dejarse empapar por mis lágrimas, lágrimas que nunca empapaban.

Hoy he vuelto a casa sin música, escuchando el desorden de mis ideas y la tormenta que se están librando mis emociones. Hoy he vuelto a casa ahogando sentimientos en parpadeos y sin querer compartirlo con nadie. Sintiendo la rabia dentro pensando en escribir para sacarla fuera. Sintiendo.

Suficiente.

Si llorar me curase y mis ojos me dejasen hacerlo pondría tiritas a mi cuerpo con agua salada llena de recuerdos y momentos no vividos. No quiero conformarme pero ojalá sentir mis brazos o los de alguien que me abracen con el cuidado que yo debería hacerlo. Ojalá.


sábado, 7 de mayo de 2016

Sobrevivir

Empezamos saltándonos la merienda del recreo, prescindiendo de lo que no era estrictamente necesario siguiendo por lo que nadie veía. Si cenábamos solas, no cenábamos. De saltarse comidas a vomitarlas cuando no te queda más remedio que hacerlas solo hubo un paso. Cenar cuando acostumbras a tu mente a no hacerlo es horrible, parece que engordas tresmil kgs por momento cuando haces algo que no sueles hacer.
¿Soluciones? Desgarrarse la garganta con la parte de atrás del cepillo de dientes después de beber mucha agua para poder vomitarlo todo.

Hace tiempo que el espejo y mi mente se han hecho enemigos y juegan a hacerse daño y a distorsionarse realidades. El espejo cada vez le pide más a mi mente y mi mente cada vez daña más mi cuerpo para poder darle todo lo que pide. Es un bucle en el que el fin es la muerte.

Hasta que alguien le da una patada al espejo y este empieza a resquebrajarse despacio. Ahora la realidad está distorsionada pero con motivo y es mucho más real que nunca. Me muestra rota. Me armo de valor y decido arreglar mi reflejo antes que ese espejo que me quiere muerta.

lunes, 2 de mayo de 2016

Cadenas silenciosas

Somos las que estamos, fuimos parte de lo que somos y lo que seremos depende de lo que seamos ahora.

No me sirve de nada mirar al futuro sin mover piezas en el presente, no me sirve de nada quedarme sentada esperando sin destruir para construir. El mundo que nos dan no es el que yo quiero y no voy a quedarme impasible observando como se perpetúan masacres de género, especie, raza y clase. No me interesa, no me hace feliz, no me hace libre. Y lo que no me hace libre, cuanto mas lejos mejor.

No espero nada de un mundo que nos educa a encerrar a seres con alas para que nos deleiten con su canto. No espero nada de un mundo que lo quiere todo bajo su control. No espero nada y lo que quiera lo lucho.