jueves, 30 de mayo de 2019

Lago

La última vez que fui al lago estaba rota. De resaca y con desgana. Casi necesitando escapar a tomar el aire revitalizante que me proporciona mi barrio. Quizá buscando curarme o encontrar respuestas a mi tristeza.
Pero el lago estaba vacío y en obras. El calor del sol se palpaba en el fondo que nunca veo con el agua. No había brisa y el aire seco me ahogaba. A los 20 minutos nos fuimos.

Ayer volví. Esta vez sin resaca y con ganas, no de curarme, sino de seguir creandome.
Ahora el lago estaba precioso después de las obras. Ya no había césped alrededor, sino un paseo super acogedor con bancos que invitaban a sentarse. Y así hicimos.
Tres niños corrían mientras una niña les perseguía queriendo enseñarles algo.
Se hizo de noche. Otra vez.
El lago que recordaba bonito lo estaba mucho más ayer.

domingo, 19 de mayo de 2019

Si das mucho es xq eres mucho

Esto no es mío pero me ha definido infinito así que aquí lo copio:

Somos lo que damos.
Al mundo, a quien nos importa, a quien empezamos de querer,
a quien ya no queremos.
Somos lo que damos a quien llega a nuestra vida. A quien continúa en ella.
Lo que damos a quien sentimos que se aleja. Somos lo que ya no queremos dar... Porque lo que das termina
descubriendo quien eres.
Somos ese tono de voz que transmitimos en las noticias tristes,
o en las conversaciones incómodas.
Somos ese guiño de ojos,
y ese seguido abrazo que calma.
Que transmite,
que llena de energía,
o que hace llorar.
Somos cuando elegimos ESTAR.
Somos ese mensaje no respondido,
ese silencio... Somos cuando no decimos, y somos cuando no podemos parar de decir, de hablar, de confesar, de exigir, de perder el norte. Cuando nos descubrimos... Somos las llamadas que hacemos
y somos también las que nunca respondemos.
Somos las risas, somos el grito, somos cuando no estamos y nos echan en falta.
Somos cuando fallamos,
y terminamos siendo indiferencia.
Somos cuando repartimos amor
y cuando lo hacemos... Somos todas esas conversaciones esquivadas, y somos esas que dejamos pendientes.
Somos extraños y somos también,
si queremos,
cercanos.
Somos parte de la herida,
otras veces parte de la curación.
Y de pronto somos los besos, las oportunidades y de nuevo, el amor.
El que recibimos, que nos transforma.
Y el que damos, que nos descubre... Somos caricia, manta y escucha, y terminamos siendo apoyo y conexión.

Inevitablemente lo que haces es lo que te define y lo que finalmente eres, termina colocándote en un lugar o en otro.
En el lugar de estar y contar más uno.
O en el lugar de restar y desaparecer.
Somos lo que damos
porque lo que damos
siempre construirá
o destruirá.