miércoles, 28 de enero de 2015

Macedonia.

Viniste a mi mundillo guiándote al oído entre paredes blancas y llegando tarde por primera vez. Primera, porque eso significa que hay segundas, terceras y afortunadamente innumerables veces más, aunque no en todas llegas tarde, a veces también me esperas tu, y no solo a que llegue presencialmente. No se si me explico.

Y de las casualidades más "absurdas" crece algo lleno de empatía que va cargando de sentido a la palabra amor. De un click, de distancia espacio-temporal, de otra vida, de confidencia, de una foto, de un cumple, de un corte de pelo, de favores, de mismos pensamientos separados por una pared, de caricias en el sofá, de miradas, de muelles, de sonrisas, de túneles del metro, de echar de menos, de sinceridad aunque lejos, de reencuentros, de tarareos, de bromas malas, de risas, de vulnerabilidad, de besos, de historias. En definitiva, de vidas llenas de crecimiento personal individual y conjunto, de lucha interna, de romper esquemas, de sinceridad, de confianza, de empatía y de todo lo que todo esto implica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario