viernes, 19 de febrero de 2016

Pedestales

Nos armamos de palabras que critican pedestales sin darnos cuenta de que nos hemos subido a uno y que miramos desde arriba a todas las personas que nos ayudaron a salir del subsuelo, y sin darnos cuenta nos descubrimos hablándoles a gritos. Vertical.

Te das cuenta, quizá porque alguien decide poner una escalera para enseñarte tu propia imagen o quizá porque un día decides bajar a por agua y al pisar a alguien con tus enormes pies, la imagen de "en lo que te has convertido" la ves tu misma. Objetividad.

Ya no sabes si después de coger el agua quieres subir o quedarte abajo ayudando a quien has pisado, pero la persona pisoteada no quiere tu ayuda y con sus lágrimas y su dolor las demás se dan cuenta de que algo falla. Así que como ves malas caras decides subir a las nubes de nuevo. Nadie rechaza tus disculpas. Ego.

Entonces un día mientras estás pensando en la nada y dándole color a tus uñas o tu pelo, alguien sube y te da un toquecito en el hombro. Al darte la vuelta ves la cara de una persona que te suena pero que como tampoco has prestado mucha atención te cuesta reconocer, y finalmente te das cuenta, "es la chica a la que pisé bajando a por agua". Ella te golpea fuerte con sus palabras y puños y te tira al suelo. Ahí la perspectiva es diferente. Bajada.

Ya no hay escalera, o la hay pero no la quieres. Toca construirse de nuevo asumiendo las mala caras pero sin culpas. Toca quererse y recrearse, de dentro a fuera. Horizontalidad.






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