Solo quiero llorar, empaparme en lágrimas y ahogarme en sollozos. Desgarrarme el pecho para limpiarme por dentro y que duela, que duela mucho para que luego pueda dejar de hacerlo. Solo quiero dejar de esperar y de pensar que tengo que ser paciente y que las cosas igual que se han ido, vuelven. No Celia, asúmelo ya.
Promesas y silencio.
Jugáis a tensarnos como si fuésemos una cuerda y sois tan sumamente gilipollas que no os dais cuenta de que las cuerdas cada vez que las tensas, se desgastan y que finalmente, se rompen. Y aquí rompo la mía. Rompo esa cuerda que no va a volver a su estado inicial. La rompo porque duele menos cortar el hilo que queda suelto con una tijera que dejar que se vaya deshilachando poco a poco.
La eterna espera, porque quien sabe? igual la cuerda se recompone cuando el del otro extremo deja de estirar y estirar... y ya BASTA. Basta, porque mientras por un lado tiran con fuerza desde un sofá acolchadito, en el otro nos dejamos la vida para mantener el equilibrio.