domingo, 21 de julio de 2019

Balance

Sin ser diciembre me dispongo al balance.

Extraigo conclusiones que ya había extraído antes, pero esta vez inundadas de mucha más práctica. Reniego del refuerzo intermitente y pido a gritos cuidarnos como forma de vida.
Me niego a visibilizar la tristeza como herramienta para demandar atención y afecto que de normal no se recibe y me aferro a la idea de visibilizarla para compartir sentires con quien los comparte contigo y te acompaña siempre (y no a ratos).

Repudio el consumo de cuerpos (aunque yo también haya caído en ello) y pido a gritos respeto y sinceridad individual y colectiva.
Odio las miradas cargadas de juicios (aunque las mías también hayan juzgado) y le pido a la lucha humildad y asertividad.

Inundan mi cuerpo y mi cora las ansias de querernos libres, pero sobre todo de querernos. Porque la libertad sin amor, para mi no es libertad en absoluto (y viceversa).

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