Volver a abrir este blog es una muestra más de que algo dentro de mi está roto. También es un ejercicio de abrazar la tristeza y apretar la culpa, como me dice B.
Hace mucho que no escribo, no sé si por falta de tiempo o por falta de ganas de enfrentarme a lo que tengo que plasmar. En vez de eso elijo hablar con mis amigas y amigos y con mi psicóloga o disociar tomando lexatín y limpiando la casa compulsivamente. No siempre se puede estar conectada al sentimiento de la misma forma. No pasa nada, está bien.
No obstante, algo ha cambiado en mi forma de enfrentarme al roto que tengo dentro. Algo hace que ese roto tenga un proyecto de enmasillar, lijar y pintar encima. Sin embargo, algo me dice que la reconstrucción de este roto puede dejar una marca en la pared, pero que me va a quedar una habitación preciosa. Antes lo habría tapado con un cuadro bonito, para que no se notase, ahora pondría un marquito a su alrededor para dar valor a esa reparación.
