miércoles, 10 de junio de 2015

Expectativas

Lo que más me molesta de situaciones como la del otro día ,es no darme cuenta en el momento de lo que está pasando. Sentirme incomoda y no saber identificarlo.

Como cuando te sientas en el autobús y un señor a tu lado se abre de piernas e inconscientemente te contraes y te apartas, por imposición, por norma. Y te sientes pequeñita al lado de ese hombre que lo mismo mide menos que tu, pero da igual, porque su actitud corporal te come, te invade, de hace minúscula. Y de pronto, cuando está a punto de llegar tu parada te das cuenta de lo que está pasando y te quedas en tu sitio, silenciosa; o decides incomodar al que te ha estado incomodando todo el viaje, romperle esquemas, con finalidad o sin ella. Al final da igual lo que hagas o como reacciones, lo importante es el aprendizaje que te llevas al pensarlo, pero sobre todo al sentirlo.

¿Qué hago escribiendo metáforas machistas sobre machismo? Definitivamente estamos locas, vemos machismo donde no lo hay, nos lo tomamos todo tan a pecho, tan a lo personal... Vosotros, por supuesto, no tenéis nada que ver en esto, es nuestra cabeza, sola, consigo.

O eso queréis hacernos creer, pero no, demasiadas piernas abiertas a nuestro lado en el transporte público como para saber de que va esto del patriarcado.


En fin, que yo venía aquí a exponer esta idea que ha recogido una amiga en una cita sobre lo que me pasó el otro día y no fui capaz de ver en el momento, pero luego si.

"Pueden prometerse acciones, pero no sentimientos, porque éstos son involuntarios. Quien promete a otro amarlo siempre u odiarlo siempre o serle siempre fiel, promete algo que no está en su mano poder cumplir; lo que puede prometer son actos o manifestaciones, que si bien ordinariamente son consecuencia del amor, del odio, de la fidelidad, pueden también provenir de otras causas, puesto que caminos y motivos diversos conducen a una misma acción."

No hay comentarios:

Publicar un comentario