sábado, 26 de febrero de 2011

Espejos

Los espejos tambien se comportan como las personas: unos nos quieren,otros nos odian,otros simplemente nos ignoran. Todos tenemos al menos un espejo que es nuestro amigo intimo.Cuando entro por las mañanas en el baño veo en la repisa del lavabo frascos de cremas y colonias con nombres de dioses.En medio de este Olimpo cosmético y envasado me afeito contemplanto mi rostro en un espejo muy amigo que se porta bien conmigo: hace que me acostumre lentamente a la crueldad del tiempo. Por eso le amo.Lo elegi entre otros muchos.Este espejo no solo devuelve mejorada mi imagen: tambien busca el residuo de viejos ideales que haya podido quedar en mi interior para rejuvenecer con ellos mi cara. Pero caminando por la calle a lo largo de los escaparates uno se vuelve a crear a si mismo. De pronto en la luna de una merceria te enfrentas con ese desconocido que tu eres. Le miras de reojo y ves que su silueta aun es aceptable; en el siguiente escaparate lo descubres como un ser derrotado, en otropercibimos por primera vez que ya camina como un viejo, en otro el se esfuerza por pasar con la tripa metida,en otro yergue la espalda para simular que es un ciudadano jovial. Las distintas imagenes que a uno le devuelven esos cristales pueden ser amables, indiferentes o desoladas. Por fin concluyes que la vida no es sino ir reflejando tu figura en el escaparate de los demas como una mena que con el tiempo va generando menos interes en ser adquirida hasta que un dia te encuentras formando parte de una rebaja de grandes almacenes. Pero existen otros espejos que son enemigos declarados. De pronto al entrar en un probador te sientes acuchillado por la espalda. Son innumerables los crimenes que los espejos de los probadores han cometido. Algunas personas se han salvado huyendo de alli en calzoncillos, aunque son muchas mas las que han perecido con el ego destrozado dentro de esos cubiculos de las tiendas de ropa entre lunas que no cesan de dar cuchilladas desde los cuatro angulos.


Manuel Vicent
"Espejos"
El Pais 23 enero 2000

No hay comentarios:

Publicar un comentario