Te eché de menos ayer, hoy no.
Es más, no te eché de menos a ti, eché de menos nuestros encuentros, nuestros abrazos, nuestros besos. Eché de menos nuestro sexo, nuestro amor, nuestra complicidad.
Eché de menos lo que teníamos, pero a ti no. A ti ya no te echo de menos, porque cuando no te echaba de menos, echaba de menos otra forma de querer, de cuidar.
Te echo de menos en ratos, pero no a ratos.
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