domingo, 8 de mayo de 2011

Se venden cachorros

El dueño de una tienda estaba clavando sobre la puerta un letrero que decía: << Se venden cachorros >>. Letreros como ese atraen a los niños; y tan es así que un niño apareció bajo el letrero.
-¿Cuánto cuestan los cachorros?
-Entre 30 y 50 euros- replicó el dueño.
El niño buscó en sus bolsillos y sacó unas monedas.
-Tengo 2,37- dijo- ¿Puedo verlos, por favor?
El dueño sonrió y dio un silbido, y de la perrera salió Lady, que corria por los pasillos de la tienda seguida de cinco diminutas bolas de pelaje plateado. Uno de los cachorros se retrasaba considerablemente detrás de los demás.
-¿Qué pasa con ese perrito?- preguntó el niño señalando al cachorro que cojeaba rezagado.
El dueño de la tienda le explicó que el veterinario lo había examinado y había descubierto que no tenía la cavidad del hueso de la cadera. Siempre sería cojo. El niño se emocionó.
-Ése es el cachorro que quiero comprar
-No tienes que comprar ese perrito- le dijo el dueño de la tienda- Si realmente lo quieres, te lo daré.
El niño se molestó un poco. Miró directamente a los ojos del dueño de la tienda y, señalándolo con el dedo, dijo:
-No quiero que me lo regale. Ese perrito vale tanto como los demás, y pagaré todo su valor. Así es que le daré 2,37 euros ahora, y cincuenta céntimos mensuales hasta que lo haya pagado completamente.
-No creo que quieras comprar ese perrito- replicó el dueño.-Nunca va a poder ni jugar ni saltar contigo como los demas cachorros.
En ese momento, el pequeño se agachó y arremangó su pantalón para mostrar una pierna malamente lisiada, retorcida y sujeta por una gran abrazadera de metal.
-Bien- replicó suavemente el niño mirando al señor- yo tampoco corro muy bien, y el cachorrito necesitará a alguien que lo entienda.

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