lunes, 9 de diciembre de 2013

Sobreviviendo

Con 18 años, aunque pareciera que si, yo no estaba capacitada para asumir lo que me venía encima, y mucho menos con el “apoyo” de dos personas -amigas- con problemas de alimentación.

Todo empieza con la falta de aceptación delante del espejo, u obligándome a hacerlo, porque “sí ni las más guapas se aceptaban ¿por qué iba a hacerlo yo?”. Me torturaba a mi misma cuando comía “más de la cuenta” o cuando lo hacía en horas “no programadas”, me torturaba y me castigaba, hasta el punto, de vomitar todo lo que comía. Pero dentro de mi había algo, algo que me hacía sentir que lo que estaba haciendo no era lo que yo realmente quería hacer, aunque lo hiciera, y cuánto más profundos me metía los dedos, más intensas eran las lágrimas. Intentaba buscarle una explicación, creo que la pregunta ¿por qué? es la que más se repetía en mi cabeza.

En busca de comprensión física social decidí iniciar mil y una dietas, de mil y un tipos. Todas y cada una de ellas con efectos rebotes, dietas milagro, dietas autodestructivas…Empezaba una, la dejaba, volvía a empezar otra diferente, la volvía a dejar… A cada cual peor. Era realmente enfermizo. Tardé años en darme cuenta de que el grado de alteración psicológica iba aumentando.

Perdí la sonrisa -que es una de las cosas que más me caracterizan.-

Comía. Vomitaba. Entraba en páginas autodestructivas -que casualmente nunca son eliminadas de la web- en las que te daban trucos para “estar más bella sin necesidad de comer”.

Consciente de mi enfermedad, pedí ayuda, fui al psicólogo durante casi un año y salí ilesa de este círculo vicioso que me estaba comiendo la vida.

A pesar de no ser la circunstancia más dura a la que me he tenido que enfrentar, es una de las más costosas, puesto que, es puramente psicológica. ¿Hasta dónde llega la imposición de ese ideal de belleza puramente patriarcal? ¿Qué podemos hacer contra esto? ¿Cómo huimos de ello? 
De esto no se sale y ya está, ser un producto social no termina con un simple "ya no mas". Nosotras podemos no quererlo, y de hecho, lo desechamos, pero la sociedad nos lo mete a calzador continuamente, mediante la televisión, las marquesinas de autobuses, las historias de "amor" ... 

No estar sometidas en un sistema patriarcal es imposible, lo que si podemos es sobrevivir para acabar con el sistema que nos oprime. Nosotras no queremos ser productos sociales y en todo caso, moriremos luchando para no serlo, no desnutridas por ser sumisas ante los opresores.

Muchos no lo sabéis, pero nos pasamos la vida sobreviviendo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario