sábado, 8 de noviembre de 2014

Culpable

Culpable de sentir, de desear, de actuar, de vivir. Culpable de luchar, de soñar, de experimentar, de crecer y de crear.
Culpable de las emociones de las demás y de las tuyas propias. Culpable del mal, pero nunca del bien.

Me encantaría sacar la rabia que ahora mismo tengo dentro, llorar como nunca y sacar todas esas lagrimas que se me quedan atrapadas en la garganta y me hacen tanto, tanto daño.
Puede que también tenga la culpa de no llorar, aunque también la tendría si lo hacerciese demasiado. De quejarme, de hablar, de compartir, de no callarme. Puede que tenga la culpa de sentir rabia, odio, frustración, disconformidad. La culpa de analizarlo todo y no dejar nada por cuestionar.

Culpa, esa palabra que a nadie le gusta pero que todas reproducimos sobre alguien. Una forma más de ejercer autoridad y verticalidad, de juzgar, de cuestionar, de hacer sentir mal a la otra persona. Culpa.

A pesar de que es una de esas cosas que primero aprendemos al entrar en el feminismo, que la culpa es algo impuesto, que el "por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa" esta basado en esa horrible moral cristiana que tanto ampara y favorece el heteropatriarcado. A pesar de que sabemos teóricamente que no tenemos culpa de nada y que no queremos la culpa que nadie nos echa encima. Pero pasa como siempre, como con todo, miramos lo que nos hacen, pero nunca lo que hacemos. Miramos la verticalidad que ejercen sobre nosotras, pero nunca la que ejercemos nosotras. Y estaría bien parar, autocriticarnos y reconocernos no solamente como oprimidas, sino también como opresoras. Estaría bien si de verdad queremos cambiar algo y no es solamente la imagen que queremos dar en esta mierda de mundo virtual.


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